Ricos, pero tristes

Cualquiera que haya vivido en Alemania sabe que los jóvenes allí están más tristes que los españoles. Por mucho que se esfuerce el presidente Joachim Gauck, sus nietos no alcanzarán el nivel de alegría que se posee en los países del sur de Europa. No es sólo cuestión de empleo y dinero, sino del ambiente de la convivencia: una vida menos nórdica. En el semanario ‘Der Spiegel’, el economista Max A. Höfer condena el horario de trabajo español que, según él, facilita dormir la siesta. Se olvida de los efectos benéficos de este descanso, y pretende que aquí nos acostemos con el sol brillando todavía, pues en Alemania se hizo antes de noche. Tanto Gauck como Höfer expresaron sus opiniones sin mala intención, que es el ánimo con el que les respondemos. No olvidamos que de las palabras no es el sonido, sino el sentido. En suma, si los nietos del presidente alemán hacen su vida como la hacen los españoles, se sentirán menos tristes que su abuelo.